lunes, 13 de enero de 2014

Buffet libre de pinchos...por llamarlo de alguna manera

LA FERIA


Calle General Pardiñas, 7
915767734



Visité este establecimiento el otro día con motivo de un vale de Letsbonus que compré hace ya más de dos meses porque prometía buffet libre de pinchos además de dos entrantes y una bebida por persona por 24 euros (12 euros/ persona). Así que me pareció que por mal que estuviera merecería la pena. Además, es uno de esos restaurantes que siempre tienen promociones. Por ejemplo, ahora tienen en Letsbonus una degustación de tres hamburguesas por 14 euros y en Réstalo hay descuentos del 50% en carta
Pues me temo que me equivoqué.
Entrantes: salmorejo y mejillones (arriba); ensaladas (abajo)
Es una pena como hay locales de restauración que echan a perder una buena publicidad y prefieren dar un mal servicio. Y eso que lo mejor de todo el restaurante fue la camarera (Cynthia oí que se llamaba) que en todo momento estuvo atenta y no puso ningún problema a que fuéramos tarde a comer.
Creo (o quiero creer) que es este hecho el que hizo que la comida no fuera como esperábamos. Pero al reservar avisamos que si íbamos entre semana (ya que el sábado no tenían disponibilidad para comer) llegaríamos a las 3.30 ó 3.45 por motivos de trabajo, pero en todo momento nos dijeron que no había ningún problema. Y claro que para ellos no lo había, ¡porque elaboraron los pinchos con lo que les sobraba de la cocina!
Primera tabla de pinchos
Vayamos punto por punto: los entrantes podían ser dos por persona, es decir, cuatro diferentes o bien dos de mayor tamaño. Ya nos avisó la camarera que eran pequeños pero como los llevábamos pensados pedimos cuatro: ensalada de foie y jamón, ensalada de queso de cabra y rúcula, mejillones al vapor y salmorejo. Los entrantes eran del tamaño de una tapa que se pone con una consumición, y si no lo creeis ahí tenéis las fotos como prueba. Me quedé de piedra al ver tres mejillones a modo de entrante. Las ensaladas no estaban mal pero eran dos pinchadas y el salmorejo estaba demasiado salado.

Segunda tabla de pinchos (calientes)
Sin embargo, no es la peor parte de la comida. Mi sorpresa fue aún mayor al ver los pinchos que nos trajeron. Primero una bandeja de nueve pinchos iguales tres a tres (cosa poco comprensible siendo dos personas): bacon con huevo, tomate y jamón y brie con pimiento. Esto no estuvo tan mal aunque eran pequeños y no tenían mucha gracia en la presentación. A continuación vino la bandeja de pinchos calientes: tortilla francesa, revuelto de champiñones, solomillo con tomate, queso con cebolla caramelizada y por último pincho de rodaja de tomate. Sí, una rodaja de tomate y pan. Por si no hubiera suficiente tomate y pan de por si en los pinchos. También nos trajeron un pincho de minihamburguesa acompañada de ya sabéis qué: una rodaja de tomate. Pero al menos éste último junto con la tortilla y el queso con cebolla caramelizada estaban aceptables, templados pero aceptables. 
Tercera tabla de pinchos (embutidos)
Como sólo habíamos comido pan con poca cosa pedimos otra tabla de pinchos. Esta vez nos trajeron todos los embutidos que se les ocurrió: lomo, chorizo, queso con tomate y queso brie con jamón serrano. Vamos, todo como si te cortas una barra de pan en tu casa y comienzas a comer embutido.
Le dimos una última oportunidad y pedimos una última tabla de pinchos, especificando que fueran calientes. En este punto salió una de las cocineras para mirarnos, quedando patente que les estábamos molestando por pedir más. En este último se esmeraron un poquito más aunque se notaba de nuevo que eran restos de lo que les sobraba: calamares en su tinta, revuelto de chapiñones y tortilla francesa de nuevo, carne parecida a la ropa vieja y un pincho con dos pedazos de carne. El de calamares fue el más aceptable pero todo lo demás estaba pasado como la tortilla o frío como los champiñones. Y no hablemos del de carne que solo era uno y era imposible de masticar.
Cuarta tabla de pinchos (calientes)
Aquí ya tuvimos suficiente y pedimos la cuenta ya que habíamos pedido una bebida cada uno extra. Al menos esto era barato (para  la zona en la que estábamos) porque la coca-cola light costaba 2 euros y la caña 1,30 euros. Sin embargo, en la nota venía 3,69 euros sin especificar si la diferencia era por el IVA. Yo quería preguntar por esto pero mi pareja decidió dejarlo estar y pagar con 3,70 euros ya que al fin y al cabo es lo que hubiera dejado con la propina.
En definitiva, un auténtico desperdicio ya que el local tiene un emplazamiento fantástico, al lado de la calle Goya y Alcalá. No se si tuvimos mala suerte porque los platos que vimos pasar, aunque no eran maravillosos, sí eran mejores que los pinchos que nos pusieron. Por eso quiero creer que fue el momento en que pillamos a las cocineras. Sin embargo, esto no es excusa porque si nos dicen que podemos ir a comer, espero que el trato sea el mismo que yendo dos horas antes. Y quién sabe, quizás yendo a las 2 p.m. te den lo mismo de comer y el restaurante sea una completa decepción. Yo quiero tener algo de esperanza. En cualquier caso, no volveré para comprobarlo y os aconsejo que cuando vayáis por la calle General Pardiñas y veáis este local, paséis de largo. Hay muchas mejores opciones para comer por allí. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario